domingo, 1 de junio de 2014

INVERTEBRADA

Practico una incisión en la parte más alta de la nuca,
justo a la altura de la línea donde nace el cabello.
Introduzco el pulgar y el índice a modo de pinza y
busco la pequeña fisura entre el atlas y el occipital.
Me abro camino entre músculo rasgado y tendones,
separando con sumo cuidado la vértebra del cráneo.
Ahora voy a necesitar un pequeño gesto bien atinado,
dos o tres respiraciones profundas y un tirón preciso.
Puedo sentir como se van desprendiendo de mi carne
la pila de huesos lastimados que me servían de soporte.
Caigo al suelo desbaratada y atiento un leve culebreo
que se convierte casi al instante en llamativa habilidad.
Me vuelvo hacia mi vieja columna, tendida a mi lado
y balbuceo '¿ves como que sí que podía vivir sin tí?'




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