Soy de cadencias y gesto lento
de plata mucho más que de oro
de mejor sola que acompañada sin
motivo
de reír con ganas y de tener miedo.
Soy tierra, cuerpo, bicho,
las lunas me rigen, me nutre el sol.
Soy de combustión interna
de melancolía heredada
de escuchar más que de hablar
de a veces muy tonta y otras muy
lista.
Soy piel, víscera, hueso,
tengo mis días buenos y mis días
malos.
Y soy vida asomada al confín de mi
espacio
que atienta, una y mil veces, pisar
firme fuera de mí.
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